Dos
décadas después de instaurada nuestra etapa republicana, y durante el Gobierno
de Ramón Castilla y Marquesado, el 15 de mayo de 1861 se creó el Archivo
Nacional, hoy llamado Archivo General de
la Nación (AGN), Su primer director, ad
honorem, fue Santiago Távara y Andrade, médico y héroe de la Independencia,
quien con un archivero y cuatro asistentes inició la historia del primer
repositorio documental del país.
Durante
la invasión chilena, el AN fue devastado, saqueado y aun así sin personal ni
presupuesto, se instaló precariamente en la antigua Biblioteca Nacional,
dirigida por Ricardo Palma, quien consultó sus valiosos manuscritos para su investigación
sobre las tradiciones peruanas.
En
la década de 1940, el AGN se trasladó al sótano del edificio del Palacio de
Justicia, donde se conservaron documentos de la Colonia y también de la
República, entre los que se encuentra el Protocolo
ambulante de los conquistadores o “Libro Becerro” (data
del año 1533) que hoy custodia rigurosamente el Archivo General de la Nación y
se puede consultar a través de la página web en Archivos Históricos en Línea
donde está catalogado y digitalizado.
Asimismo,
se guardan los expedientes de la Real Audiencia de Lima, los archivos del ex
Ministerio de Hacienda y Comercio, las escrituras públicas, las partidas de
registro de nacimiento, de matrimonio y de defunción, los registro de
inmigrantes, los archivos de las exhaciendas expropiadas por la Reforma
Agraria, entre otros fondos documentales de las instituciones públicas que son
únicos e irremplazables.
Cuando
cerró el Ministerio de Justicia, durante el Gobierno Militar de Juan Velasco,
el AN pasó a depender del Instituto Nacional de Cultura y cambió su
denominación por AGN merced al Decreto Ley n.° 19268 de 1972. Sin embargo, el
acto más trascendente en su historia sucede ese mismo año porque se declaró de utilidad pública la defensa,
conservación e incremento del Patrimonio Documental y que el AGN está obligado
a proteger.
Desde
entonces, el AGN ha calificado como Patrimonio Documental de la Nación a toda
la documentación existente en los archivos de todas las reparticiones y
organismos del Sector Público Nacional; en los archivos históricos, notariales,
eclesiásticos, parroquiales y de conventos, en los archivos particulares y en
general a todo el material documental, aun de origen privado, que sirva de
fuente de información para estudios históricos y de desarrollo cultural,
social, económico, jurídico o religioso de la Nación. También se custodian las
partidas de nacimientos, matrimonios y defunciones de Lima Provincias,
Metropolitana y sus distritos, igualmente de la Provincia Constitucional del Callao
y sus distritos hasta el año 1997 (en algunos casos hasta 1999).
DOCUMENTOS DE VALOR
INCALCULABLE
Respecto
al mundo virreinal, el AGN conserva todo documento de instituciones públicas.
Contiene tesoros desde 1533 hasta 1821 y como ya se mencionó, el documento más
antiguo es el Protocolo Ambulante o “Libro Becerro”,
crónica de los conquistadores y a la vez libro de cuentas entre 1533 y 1538, en
los que vemos que Francisco Pizarro sabía, por lo menos, hacer una rúbrica, al
igual que Diego de Almagro.
Hay
documentos de todas las instituciones coloniales, como la Santa Inquisición, o
referidos a la extirpación de idolatrías. Son interesantes los documentos de la
Real Audiencia, el Poder Judicial de entonces, que registran todo tipo de casos
delictivos. También son claves las Temporalidades,
que registran los terrenos expropiados a la Compañía de Jesús durante su
expulsión del virreinato. Asimismo, los
protocolos notariales, donde vemos registros de deudas y mercancías impagas (en
uno de ellos aparecen las que dejaron Túpac Amaru II y Micaela Bastidas luego
de ser ejecutados). Figuran, igualmente, árboles genealógicos e incluso algunos
libros como manuales de esgrima.
Con
relación al Perú independiente, el Archivo
Republicano se fundó en 1943 y alberga valores desde 1821 hasta alrededor
de 1950. Los documentos más consultados son los libros de inmigrantes, que
marcan el ingreso de extranjeros y los lugares en donde se asentaron. Otros
textos importantes son los presupuestos nacionales de cada año, que permiten
ver nuestra evolución económica. También los registros civiles, pues hay que
recordar que, hasta 1875, solo la Iglesia inscribía a los recién nacidos y el
primer peruano inscrito en un registro civil fue Juan Igreda, hijo de un
panadero.
GUILLERMO DURAND
FLÓREZ: PADRE DE A ARCHIVÍSTICA PERUANA
Nacido
en Quicacán, centro poblado ubicado en el distrito de Conchamarca, Provincia de
Ambo, en la región de Huánuco, el 21 de octubre de 1915, es considerado en
Padre de la Archivística Peruana. En 1984 recibió la condecoración de la Orden
del Servicio Civil del Estado en el grado de Comendador, que le impuso el
entonces ministro de Justicia, Max Arias-Schreiber Pezet.
Fue
el primer presidente de la Asociación Latinoamericana de Archivos que cofundó
en Lima por el año 1973 y presidente de la Asociación Peruana de Archiveros en 1975,
además integró la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia
del Perú en ese mismo año.
Durand
Flores logró en 1981 que el AGN se convirtiese en Organismo Público
Descentralizado. Además, estableció las bases del Sistema Nacional de Archivos
y creó el Centro de Capacitación para Archiveros, llamado hoy la Escuela
Nacional de Archiveros. Cabe destacar que desde el 11 de junio de 1991 mediante
Ley n.° 25323, el Archivo General de la Nación es instituido como ente rector
del Sistema Nacional de Archivos.
ANTES DEL MINISTERIO
DE JUSTICIA, HOY DEL MINISTERIO DE CULTURA
El Archivo General de la Nación inicia sus
competencias relacionadas al sector Cultura a partir del 15 de julio de 2010 merced
a la Ley n.° 29565, Ley de Creación del
Ministerio de Cultura, y según el Art. 11°, el AGN se considera como
organismo adscrito al Ministerio de Cultura, pues anteriormente pertenecía al
Ministerio de Justicia.
ESCUELA NACIONAL DE
ARCHIVEROS (ENA)
Creada
el 26 de junio de 1992, mediante Decreto Supremo n.° 008-92-JUS, Reglamento de
la Ley n.° 25323 del Sistema Nacional de Archivos, desde 1995 la ENA empieza a
ofrecer sus servicios educativos de nivel superior para formar Profesionales en
Archivos, paralelamente a los servicios de capacitación que siempre ha
realizado.
La
ENA proporciona una sólida preparación académica en estudios generales,
formación archivística y tecnológica merced a la rigurosa selección de la plana
docente de primer nivel y de reconocida experiencia universitaria.
En
estos tiempos de cambio y evolución de la tecnología, ante la exigencia de una
sociedad dependiente de información, las instituciones públicas y privadas
deben contar con un profesional de la Archivística y la entidad idónea para
formarlo es la ENA. No existe en el mundo una empresa sea grande, mediana o
pequeña que no posea un archivo que deba ser guiado y trabajado por un experto
en la materia. Entonces, es menester impulsar y continuar difundiendo las
bondades, beneficios y el profesionalismo que la ENA imparte en su formación académica. Cabe precisar que la
carrera dura tres años (seis semestres), dispone de cómodas instalaciones con
la Internet, proyectores, pantallas nítidas y todos los recursos logísticos
para que el docente y el estudiante obtengan el máximo provecho a cada sesión
de aprendizaje.
Se
estima que en nuestro país hay un déficit de más de cinco mil profesionales del
archivo, por ello es medular persistir en difundir y masificar el concepto y el
convencimiento de que estudiar la carrera de archivística no solo te asegura
trabajo fijo y muy bien remunerado, sino oportunidades de crecimiento integral.
(Con
información de http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluisorrego/2013/01/16/el-archivo-general-de-la-nacion/)
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