sábado, 12 de mayo de 2018

JOSÉ CARLOS VERANO: “CADA HISTORIA DE ÉXITO ES ÚNICA E IRREPETIBLE”


Soñar y hacer realidad lo que concebimos en nuestra mente. Vencer complejos, prejuicios, superar la pobreza que nos rodea y que quiere imponerse como un muro infranqueable. Mantenerse enfocado en una meta sin perder la alegría, tener valores y ser un optimista inteligente. Tales son las fortalezas de José Carlos Verano Gallardo, ganador del Ají de Oro en la Feria Mistura de 2014, un joven emprendedor peruano que, de trabajar en el prestigioso restaurante La Mar del emblemático Gastón Acurio, pasó a emprender su propio negocio ante el asombro, la desconfianza y la duda de muchos, pero José Carlos siempre tuvo la llave del éxito en su mente y corazón: creer en él con todo su ser. He aquí su historia.
Mi madre crió campeones pues nunca se sentó a llorar nuestras penas porque nos motivó a siempre avanzar y resolver las situaciones adversas que se nos presentan. Soy un ser humano con la fortuna de vivir todos mis sueños, tanto los de mediano como de los largo plazo, por ejemplo estar acá (en Tradiciones, su restaurante). Soy un soñador empedernido pero no suelo compartir mis sueños por temor a que me llamen “loco” o me critiquen. Por ejemplo, en 2002 yo trabajaba con mi mamá, teníamos un restaurante pequeño en el cual atendíamos solo menús y yo decía ‘algún día voy a trabajar en un restaurante grande y luego voy a tener mi propio negocio’.

Y así se manifestó la oportunidad de trabajar con Gastón Acurio en la cebichería La Mar. Estoy convencido de que cuando tú te visualizas y te mentalizas, el Universo conspira para que todo propicie que se concrete lo que deseas. Trabajé en el restaurante del señor Acurio durante seis años y esa experiencia fue fundamental para dar los siguientes pasos y hacer realidad Tradiciones.

 Sus inicios

Empecé como practicante en el área de fileteo (según yo sabía todo, pero el primer día que llegué me di cuenta que no sabía nada), entonces aprendí desde el primer momento a ser HUMILDE, porque me bastó estar cinco minutos ni siquiera entré a la cocina, solo vi cómo se movían los trabajadores por todo el restaurante, y dije ‘no sé nada, aquí estoy para aprender desde cero’ y así fue porque luego de la entrevista entré a trabajar al área de fileteo a limpiar pescado.
Otro elemento medular es la PERSEVERANCIA, porque tiempo después me llamó el jefe de cocina y me dijo ‘Negro, tú trabajas bien, queremos contratarte’, y me ofrecieron el turno de noche haciendo la ‘preproducción’ para las comidas, es decir si los cocineros en la mañana iban a hacer cebiche yo tenía que exprimir limones, si iban a hacer pallares, yo los limpiaba o si cocinaban causa yo prensaba la papa. Yo era el ayudante del ayudante jajajja, de nueve de la noche a siete de la mañana. Estuve un año trabajando y ahorrando lo más que pude, no pude pagarme la carrera de cocina, pero si estudié cursos en Cenfotur, trabajaba de nueve de la noche a siete de la mañana, de ocho a doce iba a clases, mi vida esos diez meses fue estresante porque era un curso por mes, iba de Miraflores, Barranco y Villa el Salvador donde vivía, dormía entre cinco y siete horas apenas pero fue maravilloso porque aprendí y crecí profesionalmente.

Quién persevera alcanza

Al evocar esos años puedo decir que las claves de todo son SACRIFICIO y PERSEVERANCIA. Cuando terminé de estudiar en Cenfotur el 28 de diciembre de aquel año, el socio de Gastón me dijo ‘Negro, desde el 1 de enero pasas a cocina como ayudante’, me sentía feliz y premiado porque yo fui el número 1 en mis clases y juraba que ya lo sabía todo, pero nuevamente surgió la HUMILDAD, porque jamás olvidaré el primer día en la cocina que fue uno de los más traumatizantes de mi vida, pero netamente como cocinero, en el año 2008.
He quemado todas las etapas: he sido ayudante de cocina, cocinero, jefe de cocina profesionalmente hablando, siempre me actualizo, no solo me enfoco en la cocina, por ejemplo he aprendido diseño gráfico, márquetin, administración, soy un empresario de la gastronomía cuya esencia es ser cocinero.

Aprendizaje permanente

Aprendí que hay cuatro formas de ganar dinero: empleado, autoempleado, dueño de negocio e inversionista, yo estoy en dueño de negocio, pero este crecimiento me hizo ir aprendiendo, empecé como autodidacto, pero el entorno me obliga a ir capacitándome constantemente. No solo se trata de saber cocinar, hay que saber administrar, se líder, saber conducir al grupo detectar sus fortalezas y debilidades para que todos se complementen.

De las tres banquitas en el Mercado de Magdalena hasta el RestauranteTradiciones



Durante mis años de trabajo con el señor Gastón, vi una oportunidad de negocio porque cerca al restaurante estaba la señora Grimanesa, la famosa anticuchera. Nos conocíamos desde hacía mucho tiempo y noté que no había tiendas alrededor así que un día me acerqué y le pregunté si podía vender gaseosas y ella muy amable me dijo ‘Yo vendo gaseosas pero la calle es de todos, acá también hay espacio para ti’. Les conté a mis amigos del restaurante que iba vender gaseosas y me tildaron de loco, el chef corporativo me dijo ‘¿vas a vender gaseosas después de trabajar acá?’ porque yo ya tenía cierto nombre entre los cocineros y dejé que esas palabras influyeran en mí en forma no positiva. El primer día que vendí me moría de vergüenza, dejé los paquetes de gaseosas y me la pasé mirando cómo freía doña Grimanesa, aun así vendí tres cuatro paquetes y gané cincuenta Soles en tres horas. Pero lo más gracioso es que llegó un cocinero famoso que me conocía y se me acercó, yo avergonzado tapaba las gaseosas hasta que una señora me toca el hombro y me dice ‘joven ¿vende gaseosas?’, Hayimi (así se llama) me miró, no supo qué decirme y me preguntó ‘¿vendes gaseosas?, dame tres’ cuando terminé de vender todo, me sentía avergonzado, pero me cuestioné si ese sentimiento era positivo, porque observé que sin casi moverme había vendido y ganado bien ¿qué sucedería si soy más activo?
Tomé acción y seguí con el negocio, hasta tenía gente que me ayudaba, luego de salir del trabajo, vendía en promedio dieciocho paquetes de gaseosas por día, además de las que ya vendía doña Grima en su negocio, estuve casi un año, hasta que llegó el momento de dar un paso más y es ahí donde nace Tradiciones en el Mercado de Magdalena, con un capital inicial de cinco mil Soles, tres mil invertí y dos mil reservé por si surgía alguna eventualidad.
Superar la vergüenza me permitió trabajar, ganar, guardar dinero y emprender mi negocio propio, además tratar directamente con el público me abrió porque yo era muy callado.



 El espacio personal de José Carlos

Puedo ser muy conversador de acuerdo a la confianza que me den las personas. Con respecto al amor admito que soy un poco “chapado a la antigua”, yo no creo en eso de “salientes” o somos enamorados o nada. Tuve una relación de pareja muy larga que terminó y actualmente estoy tranquilo, soy soltero y actualmente estoy enfocado en mi trabajo... pero nunca se sabe (risas).




Crecí en Villa el Salvador, antes viví en una quinta en Chorrillos pero en el año 1984 nos fuimos a Pachacamac, pusimos nuestras esteras, allí permanecí hasta los catorce años, me di cuenta que era “pobre” cuando salí de Villa el Salvador (risas) porque antes no sentía diferencias sociales. Como mis padres se separaron, me fui con mi madre y mi hermana a Pamplona. Debo admitir con satisfacción que mi madre ha criado a dos hijos muy independientes, mi mamá nunca ha peleado una batalla por nosotros, llegábamos a la casa con problemas y mi mamá nos sentenciaba “soluciónalos” nos inculcó fuerza y autonomía. Mi mamá crió dos campeones, porque no nos ahogamos en los problemas y eso es clave para cualquier emprendedor.

También amo los deportes de aventuras: puenting, parapente, rapel y en mis recientes vacaciones hice buceo, es lo más maravilloso que he experimentado hasta ahora. También me encanta leer y actualmente estoy en la mitad de El conde de Montecristo, es lo máximo. Ciertamente, no todo es trabajo, me organizo para trabajar y disfrutar de mi familia, me despierto a las cinco de la mañana y puedo estar activo hasta las ocho de la noche, siempre enfrentado retos, resolviendo problemas pero siempre perseverando.
Tradiciones me llena de satisfacciones, por ejemplo, ya superó la barrera de los dos años de ser el restaurante de moda a ser un negocio de familia y eso algo por lo que siempre he batallado, limito el consumo de alcohol para propiciar que vengan más familias, tengo clientas que las conocí solteras y ahora vienen con sus esposos y su hijos. También una clienta que venía con su hija de ocho años y ahora es una señorita de quince años y un día entró a la cocina y me dijo ‘¡Hola tío José!’, me emocioné tanto que no supe qué decir, solo atiné a abrazarla, le di un beso y le agradecí tanto cariño. Me encanta que las personas se sientan a gusto con la comida y el servicio.
También tengo clientas que viajan, y en una oportunidad la hija de una de ellas regresó de sus vacaciones en Miami y me trajo una caja llena de chocolates y caramelos ¡es maravilloso que la gente te aprecie, valore tu trabajo y se tome el tiempo para pensar en ti y darte un obsequio, es algo invaluable!

Evaluando la coyuntura: pautas para emprendedores

Este año sí es bueno, pero siempre con estrategia, he asesorado a varios amigos en tema de emprendimientos de negocios propios y tienes que ver cómo enfocar y captar más clientes, desde mi experiencia, este año se pinta bueno pero el año pasado fue atroz no solo para los negocios sino para todo el país. Ahora la gente está más motivada, se viene el Mundial y eso alegra definitivamente, por cierto ya estamos organizando para que Tradiciones sea un espacio donde se puedan ver los partidos.
Volviendo al tema del emprendimiento, una vez escuché a un conferencista que dijo que así tengamos todos los estudios de márquetin, ventas, etcétera, referentes a tu negocio es simplemente teoría y esta puede fallar. En mi caso hay diversos factores pero lo que siempre digo es que cada historia de éxito es única e irrepetible, en mi caso funcionó porque cuando empecé era solo yo, las decisiones que he ido tomando, buenas o malas, de eso me he retroalimentado, el estilo de crianza me hizo terco y con la meta clara de jamás rendirme. Cuando renuncié a La Mar para convertirme en emprendedor casi nadie creyó en mí, pero yo sí, eso marcó un antes y un después en mi vida profesional. Cuando me dicen que no, es como que me metieran el combustible ideal para que me dé más fuerza para seguir y superarme.

¡Y el éxito llego!

Soy exitoso porque vivo mis sueños, hago lo que quiero, trabajo en lo que me apasiona, para mí esto no es un trabajo, puedo estar activo  y productivo hasta catorce horas al día, pero tengo un equipo que me respalda, he implementado un sistema de trabajo con proveedores que trabajan con el estándar que yo quiero y eso dinamiza el trabajo y lo hace más eficiente.

Ser exitoso es un proceso que abarca momentos de gloria pero también muy difíciles, pero para alcanzar lo que se conoce como éxito, cuando me piden algunos jóvenes emprendedores que los asesore, soy muy analítico y  me fijo en elementos fundamentales como por ejemplo si es un persona que al primer obstáculo “tira la toalla”, si tiene poco carácter, porque emprender implica enfrentar situaciones complicadas constantemente, pero cuando las superas triunfas. El éxito exige ser constante, perseverante, debes tener un fuego interior que haga que te levantes cuando nadie más pueda, es ese combustible que te mantenga firme cuando llegue la tormenta, en este país no es fácil hacer empresa, peleas con la Sunat y casi siempre pierdes (risas) es como tirarle piedras a un elefante, hay que cuidarse de las personas negativas. Pero creo firmemente en el karma y todo lo que das regresa, sea bueno o no, el cielo y el infierno están acá.


Mirando hacia el futuro

Desde niño siempre quise tener lo que tengo y hoy que lo poseo sigo teniendo sueños que plasmaré progresivamente, me siento satisfecho con lo que he logrado ¡y quiero más! A mediano plazo me veo con una empresa más estable, con un restaurante más grande, delegando más las riendas del negocio actual y también desarrollando nuevos proyectos, el fuego interior con el que nací y que mi madre ha ido estimulando siempre no se apagará, soy perseverante, optimista y alegre y basta que me digas NO para que me trace como meta convertirlo en SÍ.


En nuestro país coexisten situaciones difíciles pero no dejemos que copen todo el escenario nacional. Los peruanos también nos distinguimos por poseer virtudes y cualidades que nos hacen luchadores, perseverantes, triunfadores, José Carlos es un ejemplo de ellos, pero no el único en nuestra patria, afortunadamente.

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