domingo, 6 de mayo de 2018

¿QUÉS ES VIVIR EN PAZ?

La Real Academia de la Lengua Española define la palabra PAZ como: “Situación en la que no existe lucha armada en un país o entre países, relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos, acuerdo alcanzado entre las naciones por el que se pone fin a una guerra; ausencia de ruido o ajetreo en un lugar o en un momento, estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud”.
Paz es ausencia de alteraciones, de situaciones que opilen nuestra calma, de pensamientos, actitudes o acciones que nos induzcan a perder la serenidad, en buen cristiano, paz es un estado de quietud y bienestar físico y espiritual, ambiente en el que reina la armonía entre cuerpo, mente y ambiente.
Son estos tiempos amargos escenarios de situaciones que para nada se condicen con la PAZ que la RAE define, y en la que día a día trabajo por vivir y mantener dentro de mí, más allá de las presiones, problemas y situaciones aciagas por las que este plano terrenal me obligue a atravesar.
El intento de feminicidio de Eivy Ágreda, el acuchillamiento a una mujer en su centro de trabajo por su compañero de labores quien no aceptó el rechazo de la joven (caso muy similar al de Eivy) sumado a las constantes noticias de violaciones de niñas por parte de sus familiares directos: padres, primos, tíos, padrastros, que saturan la tele nacional, me obliga a preguntarme ¿solo eso es noticia?, ¿no hay nada bueno en este país, en este planeta?, sí lo hay, sin duda, pero no vende, así de fácil, más rápido sacas una lágrima que una sonrisa, que un gesto de esperanza, de optimismo.
Entonces mi paz se altera, me asaltan la angustia y el miedo de que algún miembro de mi familia sea víctima de gente infame que los ataque, pero luego me sereno, sé perfectamente que lo bueno vive en mí y en quienes amo y la Protección Superior, que es el máximo poder, siempre los protegerá.
Pero ¿cómo vivir en paz si estamos envueltos en un mundo violento donde por un celular te matan, donde padres violan y embarazan a sus hijas y encima el Estado las arruina más obligándolas a parir sus hijos-hermanos porque pena y condena la interrupción de la gestación en estos contextos?, ¿cómo vivir en paz en un país donde campea la corrupción y donde los políticos, ya sin disimulo, acceden al poder solo para enriquecerse ilícitamente al amparo de sus cargos y del poder que de ellos deriva?, ¿cómo vivir en paz si la economía tambalea merced al pésimo manejo de un “presidente de lujo” que terminó siendo el “presidente de la vergüenza”?, ¿cómo vivir en paz si la inseguridad ciudadana campea?
Sí puedo, sí puedes, no es utopía o ingenuidad porque yo también vivo en este país, camino sus calles, subo a sus medios de transporte, palpo los riesgos, pero también las posibilidades. Te has preguntado ¿eres malo?, ¿eres cruel?, ¿eres delincuente, violador, estafador? Estoy segura que casi todos responderán negativamente a estas preguntas porque, precisamente, no todos somos malos, no todos somos escoria como la que atacó a Eivy.
Sí, ciertamente hay gente cruel, pero no es toda ni somos todos. Aceptar que así como hay gente mala también hay de la buena, actuar según los principios del optimismo inteligente que consiste en aceptar que hay problemas pero también soluciones, que las cosas no son color de rosa, pero que está en nosotros cambiarlas para mejorar nuestras vidas y nuestra sociedad, es el primer paso para vivir en el lugar digno que nos merecemos.
¿Sientes miedo?, ¿si?, yo también, pero eso no me arredra para seguir trabajando por hacer realidad mis planes y proyectos. No se trata de creerte un Avenger, inmolarte o exponerte a situaciones de riesgo innecesariamente, no por favor. Se trata de sembrar en tu mente y en tu corazón la semilla del cambio de pensamiento: “Hay gente mala, sí, pero también de la buena y yo soy una de ellos”. Hay incorregibles, hay quienes son seres deleznables que nunca cambiarán, pero no gastemos tiempo en ellos e invirtamos nuestras energías y sabiduría en los niños, es a partir de ellos como construiremos un capital humano mejor que el de hoy.
El optimismo inteligente implica actitud mental positiva y acciones al mismo nivel. Si educas al niño de hoy, le alimentas los valores fundamentales desde que lo llevas en el vientre, no tendrás que juzgarlo y encerrarlo en una cárcel cuando crezca. Pero, primero debemos curarnos, debemos aceptar que tenemos penas, conflictos internos y heridas en el alma, pero que haciendo salud mental las podemos curar en bien de los hijos que vendrán y que merecen vivir en una sociedad limpia de mente y corazón.
La paz es posible si así lo decidimos, no quiere decir que ignoremos los problemas o que seamos irresponsables ante nuestras obligaciones como miembros de esta sociedad. Vivir en paz implica aceptar que los problemas existen, pero no dejarse avasallar por ellos, desechar la idea de que todo es malo, que nada tiene remedio, abandonar el concepto de que las noticias atroces son la santa palabra diaria y ceder, por unos minutos diariamente, espacio a los pensamientos positivos y de gratitud.
Soy periodista pero desde hace mucho dejé de ser adicta a prender la radio desde la cinco de la mañana para contaminarme con todas las noticias negras. Ciertamente, no puedo evitarlas del todo porque en mi condición de comunicadora reviso la prensa, pero hace mucho le puse un freno e impido que atiborren mi cabeza las noticias malas, porque frente al mal decido por el bien, reconozco que ambos coexisten en mi mundo pero no permito que lo nefasto reine en mi vida y en mis actividades.
Podemos comenzar desde ahora, desde este instante. Hay malo pero también hay bueno, y mucho. Nuestra mente es nuestro jardín, lo que sembremos lo cosecharemos ¿te has preguntado qué ganas con pensamientos negativos taladrando tu cabeza?, nada, obviamente. Ahora bien, si sabes de alguna noticia infausta y puedes ayudar, hazlo, puede ser materialmente, pero también con una oración nacida del corazón, concibiendo y enviando pensamientos positivos, eso sí da buenos resultados, está comprobado.
La paz es una decisión nacida del corazón, ajena a las circunstancias del entorno. Aprendamos a confiar, a amarnos incondicionalmente, a aceptar que lo malo existe, pero que nunca será más potente que lo bueno. Si hasta hoy vivimos asustados por la malo y nada hemos conseguido ¿te atreverías a cambiar de pensamiento y sentimiento?, no cuesta nada y si lo vives progresivamente te sentirás mucho mejor, el  momento preciso es este, como tú mires la vida ella te mirará… ¿qué rostro quieres ver?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA POESÍA Y LA DANZA FLAMENCA, BELLAS ARTES QUE NACEN DEL TALENTO DE CECILIA CHÁVEZ

Año nuevo, rostros nuevos. Ana Cecilia Chávez Zavalaga, prometedora escritora peruana radicada en Alemanía nos presenta su poemario Tiempos ...