lunes, 14 de mayo de 2018

REFLEXIONES EN TORNO A ALGUNOS PERSONAJES DE TELEVISIÓN: LA CRÍTICA NO CONSTRUYE NADA


El sábado 12 de mayo vi el programa El Artista del Año, conducido por Gisela Valcárcel, proceder inusual en mí porque siempre veo películas o series, pues ni la conductora ni sus producciones están dentro de mis elecciones favoritas. Sin embargo, miré atentamente la participación de cada artista y sus interpretaciones, que durante esa noche imitaron a Shakira, Yuri, Juan Gabriel, Xuxa, Cristina Aguilera, entre otros famosos.
Gisela Valcárcel es una animadora peruana con treinta años de trayectoria profesional. Empezó como bailarina a inicios de la década de los ochenta, luego enfundada en plumas y lentejuelas se lució en las pantallas como vedette, pero su carisma y talento (hay que reconocer que en estas tres décadas no ha surgido en la televisión peruana una profesional de su rubro que le haga sombra, ni ligeramente), la catapultaron para conducir el icónico programa Aló Gisela, allá por octubre de 1986, los cuarenta puntos diarios de raiting la hicieron exitosa e imbatible en el horario del mediodía.
Estuvo hasta 1992 en Panamericana Televisión, luego migró a Canal 4 pero la fortuna no le sonrió como esperaba,  tuvo varios intentos, estuvo fuera de la tele por una larga temporada, luego regresó pero sus programas no alcanzaron el brillo ni el éxito que la acompañaron en Aló Gisela. Pero, con en el año 2008 regreso a la tele con Bailando por un sueño y El gran Show programas que gozan de un respetable raiting y de la aceptación popular. 
Con respecto a su vida personal experimentó dos matrimonios fallidos y actualmente permanece soltera, al menos eso exhibe en su vida pública. Al respecto, si tuviera una pareja tampoco sería tema de conversación porque es una mujer libre, hace mucho realizada y autónoma por lo que no es novedad su vida íntima, no debería serlo, menos para los medios que desde hace varios años se dedican no a los espectáculos y la calidad de los mismos, sino a despotricar sobra la vida personal e íntima de los artistas.
Los artistas no tienen vida privada, son personas públicas, por lo que todo lo que hacen o dicen pasa por el escrutinio de la prensa”, es la tácita definición sobre la cual se apoyan quienes dicen ejercer la profesión de periodistas de espectáculos. Como periodista discrepo y como persona también porque todo tiene un límite y la verdadera calidad del trabajo de un artista se mide por sus logros en las producciones en las que participa no por lo que hace o vive en su casa o en su cama.
Pero, en tiempos recientes muchos reporteros se han dedicado a seguir no solo a los artistas sino a sus familiares, tal es el caso del papá de Yajaira Plasencia (ella participa en el programa sabatino de Valcárcel), quien ebrio vertió una serie de informaciones correspondientes a la intimidad de la salsera, asimismo dio un penoso espectáculo pues le era casi imposible mantenerse en pie.
Me imagino la rabia y la vergüenza de Yajaira al ver como una y otra vez trasmitían las imágenes de su progenitor y su triste proceder ¿es eso correcto? NO porque la artista es ella, acá la clara intención es joderla, mortificarla y avergonzarla en extremo, esto no es periodismo, esto no es noticia y quienes lo propalan lo saben perfectamente, pero es escándalo y eso vende. Como Plasencia no es del gusto de ciertos programas, la “chancan” buscando sus puntos débiles, ella no puede controlarlo todo y menos a su padre y eso es el combustible perfecto para, insisto, joderla. La salsera ya inició las acciones judiciales correspondientes, y desde acá le deseo de corazón que alcance la justicia que merece.
Varios de los participantes en el programa de Gisela Valcárcel han sido blanco de duras y muy crueles burlas y críticas de algunos conductores de programas del “espectáculo”. Como defines al otro te defines a ti mismo, esta máxima de la espiritualidad calza perfectamente con mucha gente que critica, juzga, se burla pero al hacerlo solo se define y se muestra tal cual es.
Pero, también, y lo digo con toda sinceridad, creo que hay mucha frustración, dolor e insatisfacción en quienes se burlan de Milett Figueroa, Patricio Parodi o la misma Plasencia, porque no veo que evalúen objetivamente sus cualidades sino solo atacan, no reconocen nada bueno, solo lo malo ¿será que como crecieron en un mundo de críticas, juzgamientos y resentimientos, afloran lo tanático en sus comentarios?
Se ríen, se burlan, pero no son capaces de decir algo bueno ¿por envidia?, porque les molesta el éxito relativo que cada persona alcance o quizá y aunque no quieran reconocerlo ¿anhelan ser como ellos?, es posible, además no es novedad la pobreza de entrevistas y de notas que se propalan más allá de las burlas a los cantantes o chicos de moda, pero hay algo más en la gente que conduce los programas de espectáculos, algo en su ser interior y que solo ellos saben qué camina muy mal en su ser interior.
Por otro lado, ellos saben a quiénes agreden, porque hay muchos actores y actrices a quienes ellos respetan y jamás tocan, no se burlan ni los mencionan. Recuerdo que cuando trasmitía  América Televisión Al fondo hay sitio, pretendieron meterse con algunos de sus principales rostros, los frenaron “en una” y no los tocaron más. Entonces, cuando ellos ven firmeza y que la gente se sabe hacer respetar, ellos retroceden. Con esto no quiero decir que los demás no se hagan respetar, pero lo que sí está claro es que al ser tan mediáticos y exponer tanto sus vidas, cruzan la línea entre lo permitido y lo que no lo es.
Que Millet Figueroa no es una eximia cantante y que le falta mucho para consolidarse como actriz, no es una novedad y ella lo sabe perfectamente. Pero, es joven agraciada y perseverante, algo avanzará, ella lo quiere, cree en ella  y con eso basta para progresar ¿acaso no tiene nada bueno?, solo le enrostran lo negativo, qué conducta tan perniciosa entre peruanos, sinceramente anhelo que cambie, lo deseo de todo corazón.
¿A quién le importa cómo adquirió Yajaria Plasencia su orquesta?, a mí me gusta como canta, su vida personal es su problema, si tuvo un novio adinerado y generoso me alegro infinitamente por ella, y si en su momento él la colmó de regalos orquesta incluida muy bien por ella, que lo aproveche porque el amor se expresa con hechos y los regalos eso son.
Cuándo aprenderemos que la crítica no construye nada y quien la profiere poco de bueno tiene en el corazón para ofrecer (es eso lo que exhibe, ciertamente). Si queremos un país mejor con una convivencia armoniosa, promoviendo la ofensa, la burla, el odio, la crítica como “espectáculo”, agrandamos las brechas sociales, culturales, raciales y económicas abiertas desde la Colonia. Pero ¡qué curioso!,  paradójicamente, quienes más se burlan del otro, luego se erigen como adalides de la lucha contra la violencia hacia la mujer o contra el maltrato animal, por ejemplo. Entonces, esto me lleva a pensar que no todo está perdido y esta gente es rescatable. 
Si somos buenos periodistas, informemos, opinemos, evaluemos, analicemos, valoremos pero sin odios, sin destruir la autoestima o la dignidad de las personas, porque eso son, personas, no lo olviden y cuando leen titulares como “Fulanita parece un tamal” ¿quién eres tú para juzgar y calificar a tu semejante de esa forma?, ¿te has puesto a pensar cómo se sentirá esta persona luego de leer algo así? allí no estás valorando su trabajo, la estás insultando, así de simple. Quien define al otro se define a sí mismo, nunca más oportuna esta frase, aprendamos a convivir y construir, di lo que no te parezca profesional, pero sin destruir lo persona, el Perú requiere gente que construya, no que expanda veneno.

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